Todos dormimos bajo las estrellas. A veces las vemos, otras veces no las vemos pero somos conscientes de que están ahí, o en el peor de los casos, ni nos damos cuenta de que existen, o se nos olvidan, o... qué sé yo!
Ayer tuvimos la suerte de dormir bajo un cielo bien estrellado, con La Vía Láctea cruzando de norte a sur incluida. ¡Qué afortunados nos hicieron sentir! Candela miraba al cielo y señalándolas las llamaba diciendo: "¡Estrellas, sííí estrellas!"
Todos dormimos bajo ellas, pero los planes de la mente a veces nos hacen olvidar que existen... Y las luces de la ciudad también.
Miren esta noche al cielo y busquen una, a lo mejor hay dos, o tres, o mil... Sean las que sean, significa que tenemos ojos para verlas y un corazón para sentirlas. ¡También imaginación para inventarlas! Siempre están ahí para que no se nos olvide que de ahí venimos y ahí volveremos a empezar, pase lo que pase entre medias.
Y esto es algo que nos une. Todos somos la misma cosa.
Una vez miré al cielo y pedí dos estrellas...y me vinieron disfrazadas de un niño y una niña.
ResponderEliminarBuscaron su propio lugar, su propio universo como todas las estrellas. Cuando necesito ver su luz, solo tengo que mirar al cielo...y sé...que las dos más bonitas y brillantes y las que me hacen guiños...son mías aunque estén lejos.
Un beso
Esto sólo lo puede decir una Madre. Me ha encantado.
EliminarJorge.